
10 Jul Tiempos de crisis, tiempos de deudas, ¡ponle solución!
Sin duda las crisis son el detonante para que las deudas aparezcas, independientemente del origen o consecuencia de las mismas, el factor incertidumbre suele jugar en contra de cualquier planificación económica. Ante estos riesgos, de los que nadie puede escapar, siempre es importante contar con una solución que permita aligerar o minimizar las consecuencias de algún impago.
Las deudas pueden tener diferentes connotaciones, pero sin duda, en el plano económico, son un pago pendiente de ejecutar para cumplir con un compromiso previamente adquirido. En teoría, todas las deudas deben ser ejecutadas, garantizando así la fluidez del ciclo económico, sin embargo, existen contextos o imprevistos, que frenan por completo esa capacidad de poder cubrir un compromiso de pago durante un periodo de tiempo establecido.
Los diferentes tipos de crisis pueden incidir directamente en la capacidad de cumplir o no con una deuda. Se pueden contemplar crisis internas de las empresas, personal o externas, como recientemente se puede apreciar en todos los ámbitos económicos, tras el paso de la pandemia originada por el COVID-19, que dejó una evidente crisis sanitaria y por ende una crisis económica, un caso excepcional que sirve para entender la dinámica de las crisis.
La razón por la que las deudas se agudizan en tiempos de crisis, es porque en muchos casos esas crisis toman por sorpresa a las empresas y personas, por lo que resulta muy complicado abordar sus consecuencias económicas. Desde situaciones personales, pasando por el fracaso financiero de algún proyecto que no funcionó e incluso algún episodio histórico como una pandemia, en ninguno de estos escenarios se puede medir las consecuencias, limitando de forma directa la solvencia que requiera cada una de estas situaciones.
Deudas en tiempos de COVID-19
Debido a que la infraestructura y producción económica en muchos países se tuvo que detener a causa del COVID-19, la mayor parte de la población también tuvo que acatar una cuarentena preventiva para minimizar los riesgos de contagio, limitando incluso la capacidad de poder cubrir las deudas adquiridas con anterioridad a estos episodios, generando mucha incertidumbre tanto en las empresas como en las personas.
Aunque diferentes sectores económicos sufrieron un parón durante la pandemia del COVID-19, muchas de las deudas adquiridas también se siguieron acumulando, justo cuando los ingresos se minimizaron, generando los tan temidos impagos que no siempre son sometidos a algún tipo de consideración o flexibilidad debido al contexto actual. Ante esta realidad, fue necesario optar por un recurso legal que permite abordar las deudas con el respaldo judicial que este tipo de escenarios económicos requieren.
Ley de segunda oportunidad en tiempos de COVID-19
Existe un recurso legal que ha cobrado mucha fuerza durante los meses más críticos de la pandemia del COVID-19, se trata de la Ley de segunda oportunidad, a través de un proceso administrativo, tanto particulares como autónomos tienen la opción de cancelar sus deudas, así lo contempla el Real Decreto Ley 1/2015, de 28 de julio, donde no solo se plantea una segunda oportunidad para el pago, sino que, además, se plantea la reducción de la carga financiera.
La ley de segunda oportunidad permite abordar las deudas en dos alternativas, por una vía extrajudicial y por una vía judicial. En la primera, el equipo de Quita Deudas, plantea un acercamiento, selecciona un mediador y diseña un nuevo plan de pago para los acreedores. La segunda alternativa es judicial en la que se asigna un administrador concursal, y en el mejor de los casos se logra la exoneración de la deuda.
En Quita Deudas contamos con profesionales expertos en la normativa, así como con los conocimientos y habilidades administrativas para conseguir el mejor resultado para las partes involucradas, siempre siguiendo las normativas jurídicas que le aporten legalidad a cada uno de los procesos de este tipo que en tiempos de crisis pueden llegar a ser tan frecuentes.
Sin duda las crisis son el detonante para que las deudas aparezcas, independientemente del origen o consecuencia de las mismas, el factor incertidumbre suele jugar en contra de cualquier planificación económica. Ante estos riesgos, de los que nadie puede escapar, siempre es importante contar con una solución que permita aligerar o minimizar las consecuencias de algún impago.
Las deudas pueden tener diferentes connotaciones, pero sin duda, en el plano económico, son un pago pendiente de ejecutar para cumplir con un compromiso previamente adquirido. En teoría, todas las deudas deben ser ejecutadas, garantizando así la fluidez del ciclo económico, sin embargo, existen contextos o imprevistos, que frenan por completo esa capacidad de poder cubrir un compromiso de pago durante un periodo de tiempo establecido.
Los diferentes tipos de crisis pueden incidir directamente en la capacidad de cumplir o no con una deuda. Se pueden contemplar crisis internas de las empresas, personal o externas, como recientemente se puede apreciar en todos los ámbitos económicos, tras el paso de la pandemia originada por el COVID-19, que dejó una evidente crisis sanitaria y por ende una crisis económica, un caso excepcional que sirve para entender la dinámica de las crisis.
La razón por la que las deudas se agudizan en tiempos de crisis, es porque en muchos casos esas crisis toman por sorpresa a las empresas y personas, por lo que resulta muy complicado abordar sus consecuencias económicas. Desde situaciones personales, pasando por el fracaso financiero de algún proyecto que no funcionó e incluso algún episodio histórico como una pandemia, en ninguno de estos escenarios se puede medir las consecuencias, limitando de forma directa la solvencia que requiera cada una de estas situaciones.
Deudas en tiempos de COVID-19
Debido a que la infraestructura y producción económica en muchos países se tuvo que detener a causa del COVID-19, la mayor parte de la población también tuvo que acatar una cuarentena preventiva para minimizar los riesgos de contagio, limitando incluso la capacidad de poder cubrir las deudas adquiridas con anterioridad a estos episodios, generando mucha incertidumbre tanto en las empresas como en las personas.
Aunque diferentes sectores económicos sufrieron un parón durante la pandemia del COVID-19, muchas de las deudas adquiridas también se siguieron acumulando, justo cuando los ingresos se minimizaron, generando los tan temidos impagos que no siempre son sometidos a algún tipo de consideración o flexibilidad debido al contexto actual. Ante esta realidad, fue necesario optar por un recurso legal que permite abordar las deudas con el respaldo judicial que este tipo de escenarios económicos requieren.
Ley de segunda oportunidad en tiempos de COVID-19
Existe un recurso legal que ha cobrado mucha fuerza durante los meses más críticos de la pandemia del COVID-19, se trata de la Ley de segunda oportunidad, a través de un proceso administrativo, tanto particulares como autónomos tienen la opción de cancelar sus deudas, así lo contempla el Real Decreto Ley 1/2015, de 28 de julio, donde no solo se plantea una segunda oportunidad para el pago, sino que, además, se plantea la reducción de la carga financiera.
La ley de segunda oportunidad permite abordar las deudas en dos alternativas, por una vía extrajudicial y por una vía judicial. En la primera, el equipo de Quita Deudas, plantea un acercamiento, selecciona un mediador y diseña un nuevo plan de pago para los acreedores. La segunda alternativa es judicial en la que se asigna un administrador concursal, y en el mejor de los casos se logra la exoneración de la deuda.
En Quita Deudas contamos con profesionales expertos en la normativa, así como con los conocimientos y habilidades administrativas para conseguir el mejor resultado para las partes involucradas, siempre siguiendo las normativas jurídicas que le aporten legalidad a cada uno de los procesos de este tipo que en tiempos de crisis pueden llegar a ser tan frecuentes.