¿Por qué a las startups no les gusta la Ley de Segunda Oportunidad?

¿Por qué a las startups no les gusta la Ley de Segunda Oportunidad?

La falta de liquidez, la competencia… modelos de negocios que no prosperan, son algunas de las causas que ocasionan que muchos emprendedores y startups tambaleen. Por lo cual, se ven obligados a recurrir a la Ley de Segunda Oportunidad. Por supuesto, siempre y cuando actúen de buena fe. Lo que significa que deben demostrar que no tiene dinero ni ningún activo que les permita cubrir la deuda.

De igual forma, deben explicar detalladamente las acciones que lo han llevado a tener que acudir a este marco legal para renegociar un endeudamiento. Si bien la Ley de Segunda Oportunidad se presenta como una salida a una determinada deuda, a las startups parece no gustarles. En este artículo, evaluaremos por qué sucede esto y si verdaderamente es una buena opción para este tipo de empresas.

¿Qué engloba la Ley de Segunda Oportunidad?

Tal como su denotación lo expresa, la Ley de Segunda Oportunidad supone una gran ayuda para seguir emprendiendo. Si bien este marco legal admite la posibilidad de renegociar una deuda, hay que prestar sumo cuidado a cómo funciona. Pues, aunque una empresa actúe de buena fe, tenga un buen historial crediticio y demuestre la falta de capital no siempre sus deudas serán perdonadas.

Esto es algo que cuestiona la especialista en derecho mercantil y sucursal, con gran incidencia en la Ley de Segunda Oportunidad, Ángela Elisa Álvarez Pérez. Ella señala que para el estado hay que perdonar todas las deudas, menos las suyas. Es decir, las relacionadas con Seguridad Social, IRPF, IVA, entre otras. ¿Qué significa esto? Simple, ¡con hacienda no hay una segunda oportunidad!

Los emprendedores no se llevan con la legislación

En primer lugar, ¿qué es una startup? Esta no es más que una empresa recién creada, con un modelo escalable y con grandes posibilidades de crecimiento. Aunque eso es lo que plantean, no siempre tienen éxito. De hecho, algunas terminan convirtiéndose en creaciones zombis. Con ello, nos referimos a una empresa incapaz de generar beneficios para cubrir una deuda, pues no son rentables.

Ahora bien, muchas de estas startups terminan convirtiéndose en empresas zombis, porque los emprendedores no se llevan bien con la legislación, no logran entenderse. Para muchos de ellos es mejor que las empresas queden en el limbo a tener que endeudarse. Evidentemente, este tipo de carga no es una opción. Por ello es que en España actualmente existen más de 30 mil empresas bajo estas condiciones.

En parte, eso se debe a que las startups pocas veces recurren a créditos para financiarse. Estas decantan por otros modelos de financiamientos, como Business Ángel, incubadoras, subsidios y otras opciones que avalen el crecimiento de su empresa. No obstante, dejan algo bien claro, no recurren a créditos ni públicos ni privados para no comprometer su patrimonio personal.

Pérdida de tiempo

Otro de los motivos que lleva a las startups a rechazar la Ley de Segunda Oportunidad, es que no quieren perder tiempo en este proceso. Pues, llegar a un acuerdo entre deudores y acreedores puede ser largo y tedioso. Para los emprendedores de startups, este proceso sería como eternizarse en algo que no arrojará ningún resultado positivo. Esa es unas razones de peso de por qué no acuden a este marco legal para salir a flote.

Por desconocimiento

Además de suponer una pérdida de tiempo, muchas startups rechazan la Ley de Segunda Oportunidad por desconocimiento. Si antes de crear una empresa supieran la responsabilidad que implica, se ahorrarían grandes dolores de cabeza. Pues, es fácil hablar sobre el fracaso, quejarse, pero si se tienen claras las consecuencias de un mal historial crediticio otra historia sería.

Mancha en el expediente

No solo por desconocimiento, por temor a una mancha en el expediente muchas startups rechazan la Ley de Segunda Oportunidad. Y es que, así como en nuestra vida, nadie quiere tener una mancha, una señal que nos recuerde al fracaso. Aunque fracasar nos ayuda a crecer, cuando se trata de deudas, es otra el cuento. Básicamente, porque ser visto como alguien que no paga sus deudas es algo negativo.

Entonces, por falta de entendimiento, desconocimiento o por no manchar el expediente , es que las startups se reúsan a recurrir a Ley de Segunda Oportunidad. Aun así, este marco legal sigue estando a abierto a los emprendedores. De modo que puedan aprovechar las bondades que ofrece sin ningún inconveniente, sin necesidad de convertirse en una creación zombi.



Abrir el chat
Hola, ¿necesitas más información sobre la Ley de la Segunda Oportunidad?