
07 Mar Francisco Mula: «Es una ley con muy poca promoción, pero eficaz»
Los fastos de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 dispararon la actividad empresarial, pero su resaca desembocó en un aluvión de deudas. Francisco Mula, junto con dos de sus hermanos y dos cuñados, creó una empresa de reformas en 1989, cuyas operaciones estaban avaladas por ocho familiares.
La falta de liquidez de la empresa desembocó en suspensión de pagos. Los bancos embargaron todo y la familia comenzó un calvario que ha durado 25 años. “La deuda que teníamos entonces ascendía a 192.000 euros y lo pendiente de cobro de las constructoras subía a 450.000 euros. Si hubiéramos tenido fuerza legal, hubiéramos saldado las deudas con creces”, dice. Con los años, sumando intereses, la deuda subió a 350.000 euros y la “persecución” de los bancos se hizo “insostenible”. En esos años, la familia tuvo que trabajar en el empleo sumergido y, tal era el “pánico”, que dejaron que atender cualquier llamada telefónica.
Finalmente, consiguió pagar por los trámites no más de 2.000 euros a lo largo de un proceso que concluyó en junio del 2017 con la cancelación definitiva de las deudas pendientes. El resto de la familia continúa en
trámite para hacer lo propio. “Es una ley con muy poca promoción pero es eficaz”, valora.
16/06/2018